La Catastrófica Situación Mundial Demanda la Revolución Proletaria!
¡Unirse Bajo la Bandera Roja del Maoísmo!
Este Primero de Mayo nos dirigimos al proletariado internacional y a los pueblos y naciones oprimidas del mundo reafirmando nuestra promesa solemne del barrer al imperialismo, al revisionismo y a la reacción de la faz de la Tierra, con revoluciones democráticas, socialistas y culturales, estableciendo y desarrollando la dictadura del proletariado, a través de la guerra popular, hasta que toda la humanidad sea liberada de toda forma de opresión y explotación, hasta que alcanzamos nuestra irrenunciable meta final: el Comunismo, la sociedad sin clases donde las necesidades de cada uno serán satisfechas, donde no habrá ricos ni pobres, ni explotadores ni explotados y donde todos gozarán de la abundancia. Nosotros lucharemos sin tregua y desinteresadamente para crear un nuevo mundo, que será total y absolutamente opuesto y diferente a este infierno que vivimos ahora, una nueva sociedad sin los asesinos chupa-sangres que son los dueños del presente.
El orden social imperante, el sistema mundial imperialista que se desarrolla en medio de colusión y pugna, y como parte del mismo, el imperialismo yanqui, enemigo común de los pueblos de todo el mundo, es caduco y está podrido hasta el tuétano, se sustenta en las bayonetas sangrientas de ejércitos mercenarios que serán impotentes ante nosotros, los oprimidos y explotados, cuando organicemos nuestro poder común bajo la dirección de las vanguardias proletarias, los Partidos Comunistas, y nos alcemos en todo el mundo con las armas en la mano destruyendo lo viejo y construyendo lo nuevo. Cualquier que de un vistazo al mundo de hoy verá que estamos ante una situación donde la revolución proletaria mundial es la única salida, el único camino para la humanidad y que el desarrollo de las condiciones objetivas y subjetivas en el mundo son favorables para la revolución; en esta situación, nos corresponde abrir trocha con nuevas guerras populares al nuevo período de revoluciones que ha entrado el mundo.
Los imperialistas y sus lacayos se aprovechan de la pan-epidemia
El siniestro manejo de los imperialistas y sus lacayos de la pan-epidemia demuestra su carácter genocida; con vil cinismo lo usan para alcanzar sus objetivos económicos, políticos y militares y les da igual los millones de muertos que son sacrificados para estos fines.
La crisis económica mundial estaba prevista hace tiempo y ya había comenzado a manifestarse a finales del año 2019. La aparición del virus COVID-19 les dio un pretexto ideal para forzar una abrupta recesión y destruir en gran escala fuerzas productivas y al mismo tiempo, en los países imperialistas principales, impulsar el capitalismo monopolista de Estado, tal como en Europa, ya lo hace también el imperialista yanqui Biden en sus inicios de gobierno se adelantando a ministrar el paquete de la nutrida cifra de 3,3 billones de dólares, transfiriendo fondos inmensos a beneficio directo de los grandes monopolios y reestructurando sus economías, descargando el costo principal sobre las naciones oprimidas. El resultado: 6000 a 12000 muertos de hambre al día, directamente causados por la crisis; e incluso, en los países que no se sitúan entre los más pobres como Argentina, las masas sufren en forma galopante de hambre y tienen que reclamar ayuda alimentaria para sobrevivir y hasta en los países imperialistas el hambre se está incrementando; al menos 495 millones de puestos de trabajo han “desaparecidos” en todo el mundo, solamente en las ciudades de la India 100 millones perdieron la posibilidad de ganar su pan diario y los que son afectados son principalmente los más pobres y dentro de ellos, sobre todo, los pertenecientes a las minorías étnicas, las mujeres y los jóvenes. Al mismo tiempo los dueños del capital financiero hacen ganancias fabulosas, para ilustrar basta constatar que entre marzo y diciembre 2020, mientras que la gran mayoría se empobreció, los 10 hombres mas ricos del mundo incrementaron sus fortunas con 540 mil millones de dólares norteamericanos. Al mismo tiempo, siguiendo la perversa lógica de la ganancia, en la crisis el capital financiero se mueve hasta los centros imperialistas, impulsado por los “paquetes de estimulo”, profundizando aún más la crisis del capitalismo burocrático en los países oprimidos, que a la vez significa aún más hambre y miseria para los pueblos.
En lo político, no hay un Estado donde las clases dominantes no hayan usado el pretexto de la pan-epidemia para incrementar la opresión contra las masas, incrementando en gran número y calidad las medidas y medios de represión para aplastar su resistencia y creciente combatividad, buscando conjurar la revolución. Concentrando y centralizando más Poder en el Ejecutivo (proceso de reaccionarización del Estado burgués). Particularmente, en los llamados regímenes “demo-liberales”, en lo cuales, no hay ni uno solo donde no se haya dado decretos y leyes que transfieren potestades o atribuciones propias del legislativo al ejecutivo, pisoteando de “jure” y de hecho sus propias constituciones (su propio orden jurídico burgués), aplicando métodos de control de la población masivos e indiscriminados; incluso, hasta buscando controlar “legalmente” los movimientos de cada ciudadano a través de los llamados “Apps”, todo, por supuesto, para “combatir el virus”. Así se profundiza la crisis del parlamentarismo, muy notorio es el caso de América Latina donde las mismas Naciones Unidas han constatado que el 78,8% de la población está convencida que los gobiernos solamente sirven a “un puñado de poderosos” y esa tendencia es creciente. Los servicios de inteligencia, principalmente a través sus agentes fascistas, buscan usurpar cada protesta popular contra estas medidas para darles un giro reaccionario, promoviendo trasnochados mitos que no son nada más que versiones “modernas” de la infame patraña policial sobre “el Protocolo de los Sabios del Sion”, y en esa maniobra cuenta con el incondicional apoyo del revisionismo y el oportunismo de todo tipo que, en nombre del “salud pública”, arman espectáculos supuestamente “anti-fascistas” donde cierran filas con los viejos Estados y así se desenmascaran ante las masas como lo que son: “tontos útiles”, serviles defensores del sistema de explotación y opresión.
Lo mismo en el caso único de Brasil, donde el ultrarreacionario gobierno militar de hecho, está en contra de cualquier medidas sanitarias preventivas a la COVID-19 por obscurantismo y pretexto de que estas son para socavarlo con la parálisis de la economía, el oportunismo y revisionismo inmovilistas tratan de unirse al coro de la gran burguesía y monopolios de los medios de comunicación en una campaña de histeria en contra de las protestas populares, tildándolas por diseminadoras del contagio.
Las masas conscientes saben que, sí es que el virus puede causar tanto daño, es porque los sistemas de salud en el mundo no están al servicio del pueblo, no tienen en ningún lugar los recursos necesarios como resultado de las decisiones políticas de los gobiernos, pasados y presentes; cada muerto con el COVID-19, por lo tanto, es un genocidio que va a cuenta de las clases dominantes. Como, los Estados imperialistas, usan las vacunas respectivas para avanzar sus posiciones, principalmente en los países oprimidos, es una muestra más de que para estas hienas las vidas de la masas no les importa nada. Los países imperialistas han concentrado el mayor número de vacunas. En los países del tercer mundo no tienen vacunas a excepción de la gran burguesía y los terratenientes. Los países oprimidos no tienen la tecnología en la medicina para fabricarlas por el capitalismo burocrático y el imperialismo hace negocio con las vidas de los trabajadores mediante la propiedad intelectual con su lógica de la mano invisible del libre mercado. Es decir, los pobres del mundo estamos condenados al genocidio.
En lo militar, los imperialistas y sus lacayos usan la pan-epidemia para militarizar más sus Estados, partiendo de impulsar el capitalismo monopolista de estado, asunto fundamental por sus planes belicistas hasta normalizar el uso de las fuerzas armadas en todo tipo de tareas de la administración estatal; ya sea de carácter directamente administrativo, policial o sanitario, promoviendo la imagen de las fuerzas armadas como héroes nacionales. Usan el pánico, real pero generado por ellos, de la pan-epidemia para impulsar sus guerras de rapiña, tanto moviendo marionetas como con creciente intervención directa como sucede en África, donde han transformado el continente en una zona de guerra que va desde Libia en el norte hasta Mozambique en el sur y desde el Sahara Occidental en el oeste hasta Somalia en el este. Al mismo tiempo incrementan el armamentismo cada vez más, mientras que supuestamente no hay los hombres y medios necesarios para atender la crisis sanitaria.
En todo el mundo el proletariado y los pueblos combaten y resisten
El incremento del la explotación y la opresión, de la hambre y la miseria, la represión y el genocidio lleva a la necesidad de combatir porque la opresión genera resistencia, las masas no pueden seguir viviendo en las condiciones actuales, por lo tanto se alzan a luchar en todas partes. El imperialismo ha aumentado la explotación del mundo durante las últimas tres década, tratando de escapar a la crisis general y última que lo acosa, impulsando la mayor acumulación del capital, por lo que se viene provocando una gran explosividad de las masas que va a reventar por todos lados. Las explosiones que hemos visto en los últimos dos años son solo un anuncio: que con el avance en la reconstitución de los Partidos Comunistas nos anuncian que el mundo esta entrando a un nuevo período de revoluciones.
Las masas han incrementado su actividad como nunca antes, pese a todas las medidas de aislamiento social para sofrenarlas. Corresponde a los comunistas dirigirlas por la salida revolucionaria, porque las masas son arena de contienda entre revolución y contrarrevolución. Mientras no enterremos al imperialismo y la reacción, estos siempre tendrán una salida a su situación con el servicio del revisionismo y el oportunismo, como lo advirtió Lenin en su exposición sobre la situación internacional después de la Primera Guerra Mundial y el Tratado de Versalles; hoy, tratarán de llevar a las masas tras la salida reaccionaria a la crisis, que va desde los actuales “paquetes sociales contra la pandemia del corona”, la salida de “la nueva constitución” hasta el fascismo. Por eso, es muy importante volar sus planes “contra la pandemia” que son la base de sus programas anti-crisis en favor de los explotadores; para hacerlos volar, clave es intensificar la lucha por salarios y sueldos, por las necesidades más desatendidas y gravosas de las masas como son las emergenciales de salud; todas las necesidades básicas tienen que ser exigidas, reclamadas, llevar a las masas a que expresen su protesta con formas de lucha contundentes, exigir que el Estado cumpla con sus obligaciones mostrando que no sirve para nada, ligando la lucha reivindicativa con la lucha por el Poder para llevar a las masas al desborde.
La lucha campesina por la tierra remueve cada vez más las naciones oprimidas y es la base de la lucha contra el imperialismo. La lucha contra la semifeudalidad también se desarrolla poderosamente en los países latinoamericanos, la conquista y defensa de la tierra contra el gran despojo está al orden del día y en países como Ecuador y Brasil los brazos campesinos armados con mente proletaria operan sistemáticamente hacía un gran salto para concretizar la revolución democrática. La inmensa lucha de los campesinos en la India ha removido el país y desenmascarado ante los ojos de todo el mundo los planes del viejo Estado terrateniente-burocrático de impulsar el capitalismo burocrático a través de la ruina de millones de campesinos para nueva concentración de la tierra en manos de los más grandes terratenientes y así aumentar la explotación semifeudal. La importancia de la lucha de los campesinos, que es la clase más numerosa en el mundo, esta aumentando más por el despojo de la tierras campesinas, de las comunidades ancestrales, de estos territorios para los grandes proyectos extractivistas, energéticos, turísticos, etc. del imperialismo, los grandes burgueses y terratenientes; despojo de la tierra campesina y del territorio de las minorías. Los conflictos armados en África, los cuales usan los imperialistas y sus lacayos para echar masas contra masas, están directamente ligados a la lucha por la tierra y el territorio.
La lucha del proletariado se incrementa en todo el mundo, tanto la lucha reivindicativa-económica como las huelgas por salario, jornada y condiciones de trabajo, y la lucha por la defensa de los derechos conquistados y las reivindicaciones políticas. Gigantescas huelgas en la India, la más grande la historia, luchas de los trabajadores sanitarios en Bulgaria por condiciones de trabajo y salario, luchas de diverso tipo del proletariado en China contra la patronal revisionista-socialimperialista, como las luchas de más de 200 millones de trabajadores que los revisionistas han expulsado del campo para ser fuerza de trabajo barata y de “segunda clase” en beneficio de sus explotadores imperialistas nativos y de los grandes monopolios de los otros países imperialistas, lucha de los obreros de la industria automóvil en el Estado español, de los ‘chalecos amarillos’ y demás trabajadores en Francia, además de las masivas y violentas protestas anti-racistas en Estados Unidos y han recorrido todo el mundo. Solamente son unos ejemplos de esta lucha y ante el ataque generalizado del capital financiero a la clase en todos los países se están gestando enormes batallas. La luchas políticas de las masas, principalmente proletarias, en Polonia (donde es necesario resaltar el destacado papel de las mujeres), bien como en otros países del este y centro de Europa, y la protestas combativas en el Estado español donde la ira de las masas se expresa por ahora en defensa del derecho de opinión y el arte popular, son ejemplos que muestra la gran actividad de las masas, que en todo el mundo la clase toma más y más conciencia y pasa a la acción. El hecho es, que, incluso en países imperialistas considerados como los más “estables” como Holanda y Noruega, recientemente ha tomado lugar masivas luchas militantes de masas, encabezadas por la juventud proletaria, cosa que no se ha vivido así en más de cuatro décadas, demuestra que no hay lugar en el Orbe donde las masas no se levanten.
La pequeña burguesía en todos los países sufre duros golpes en la crisis, millones de pequeños comerciantes son arruinados, millones de propietarios de pequeñas tiendas y restaurantes son privados de todo, para la mayor acumulación y centralización del capital en benéfico de los grandes monopolios generados por el capital financiero. Los ataques a la intelectualidad se redoblan, ya sea por directos ataques a la libertad de expresión o por la imposición de las doctrinas metafísicas del pos-modernismo que va mano a mano con lo obscurantismo medieval en propugnar idealismo extremo. Los estudiantes ven como se les roban años de estudios, para luego no tener perspectivas de trabajo. Millones y millones de niños han perdido el acceso a la educación escolar, incluso en las naciones imperialistas donde se voló, una vez más, el mito de la “igualdad social”, por el hecho de que sus familias no tienen los recursos económicos para disponer de una computadora. Las mujeres del pueblo sufren más duro la crisis, son las que hacen los trabajos peligrosos en el sector de salud, son las que primero pierden el trabajo, son las que se encargan del incrementado trabajo doméstico, sufren el aumento de la violencia patriarcal y, como si todo esto no fuera suficiente, sus derechos como el derecho al aborto, esta bajo ataque en varios países. Los inmigrantes y las minorías étnicas son los más propensos a morir del virus y son los que reciben menos atención medica, pierden sus trabajos y sus pequeñas, pero vitales, aportaciones mensuales a sus familias en sus países de origen no las pueden enviar, incrementando radicalmente la misera de las masas, además crece la discriminación y persecución racista. Así va por cada sector de las masas, más opresión y explotación. Así aumenta su explosividad, su clamor por la revolución.
La agresión imperialista contra las naciones oprimidas aumenta la resistencia nacional e incentiva guerras de liberación nacional. Las naciones oprimidas son el botín para los imperialistas. En su competencia entre sí los imperialistas desencadenan guerras de rapiña, ya sea a través de la agresión directa como la creciente intervención en Sahel o a través de marionetas como en el Caucaso o Yemen, para controlar recursos y mercados aplicando sobre-explotación. Por más que aplastan a los pueblos, como el caso de heroico pueblo de Palestina, no pueden detener su lucha por la liberación; lo único que cosechan son nuevas olas de combatientes por la lucha de liberación nacional, y el resultado del asalto actual no será diferente. En el este de Europa y Balcanes el problema nacional se agrava más y hasta en Europa Occidental adquiere más peso, como en Cataluña o Escocia, y la persistencia de las acciones armadas del pueblo irlandés demuestra que pese de toda la traición, nada puede acabar con el clamor de sus luchas anti-imperialista.
Las masas en todo el mundo claman por la revolución. Al los comunistas corresponde organizarlas y dirigirlas para que expresen todo su capacidad transformadora y así no habrá fuerza en el mundo capaz de contenerlas.
Es necesario la dirección de los Partidos Comunistas
Para que el clamor de las masas de fruto, para que su gigantesca fuerza desorganizada sea canalizada a ser una fuerza organizada capaz de poner el mundo de cabeza, se necesita una fuerza capaz de organizar y dirigir la lucha de las muchedumbres oprimidas y explotadas. Esa fuerza es la vanguardia del proletariado, el Partido Comunista. Esa es una verdad histórica y basta ver el caso de como China, el “hombre viejo y enfermo” de Asia, dividida y subyugada por el imperialismo, atrasada, humillada y prostituida por decadentes terratenientes y capitalistas burocráticos traidores de su propio pueblo, pudo pasar, en poco años, de esta miserable condición de semicolonial-semifeudal a un poderoso Estado socialista donde las masas populares alcanzaron las mas altas cumbres a que ha llegado la humanidad.
La primera condición fue la existencia del Partido Comunista.
El primero de julio 1921 se fundó el Partido Comunista de China (PCCh) en Shanghai. Fruto inevitable del desarrollo del movimiento proletario revolucionario del país y de la aplicación de la ideología del proletariado en tal movimiento, llevada a China por el tronar de los cañones de la Revolución de Octubre. Con la fundación del PCCh se cambió el rumbo de la revolución y la historia del país. Al comienzo todavía una fuerza débil, pero reuniendo los mejores hijos del pueblo, comenzó a andar y surgió de su medio el Presidente Mao Tsetung como jefe del Partido y la Revolución China, quien aplicó en forma creadora el marxismo de su tiempo, el marxismo-leninismo, a las condiciones concretas de la revolución en su país y bajo la guía de una linea ideológica y política justa y correcta, construyó, en medio de la lucha de clases y la lucha de dos lineas, los instrumentos de la revolución: el Partido Comunista, el Ejercito revolucionario y el Frente Único; siendo el primero dirigente, el segundo el principal y el tercero indispensable en la construcción del Nuevo Poder y para unir al pueblo contra sus opresores. Aplicando el marxismo para solucionar los problemas concretos de la Revolución China, encabezando el PCCh, el Presidente Mao desarrolló la teoría de la guerra popular, con la cual derrotó al imperialismo y sus lacayos y así llegó a dotar a los comunistas del mundo, por primera vez, con una doctrina militar propia – la más alta conocida en la historia universal. El PCCh, bajo la jefatura del Presidente Mao, pasó a construir un vigoroso Estado socialista, donde las masas eran dueñas de su propio destino y se movilizaron a erradicar el hambre, la pobreza, el analfabetismo y todas y cada una de las plagas de la vieja sociedad. Fue una lucha dura y se dio en aguas turbulentas y tormentosas pero el gran timonel, el Presidente Mao, supo navegar y mantener el rumbo de la revolución, en medio de luchas internas en el PCCh contra aquellos quienes sostenía que se debía buscar el camino fácil pactando con el imperialismo. Cuando el revisionismo usurpó el Poder en el primer Estado socialista, la Unión Soviética, el Presidente Mao libró la lucha contra aquellos en el PCCh quienes querían seguir el bastón del mando de quienes parecían ser los más fuertes por el momento y unificó a los comunistas del mundo en rechazar la capitulación ante el imperialismo y en persistir en la revolución proletaria mundial. Sacando las conclusiones de la restauración del capitalismo en la URSS lanzó el mas grande movimiento transformador de la masas que se ha visto hasta hoy, la Gran Revolución Cultural Proletaria (GRCP), para derrocar a los seguidores del camino capitalista dentro del PCCh, potenciar la dictadura del proletariado y continuar la revolución, con una profunda lucha ideológica que apuntaba a cambiar el almas y barrer con el egoísmo que es el fuente de todo reaccionarismo y alimento para el revisionismo. Esta gesta colosal removió el mundo entero y el marxismo alcanzó una tercera, nueva y superior etapa, el maoísmo; de allí que ser marxista hoy significa ser marxista-leninista-maoísta.
Luego de la muerte del Presidente Mao, la derecha en el PCCh, encabezada por Teng Siao-Ping, dio un golpe contrarrevolucionario anticomunista y transformó al PCCh en un partido revisionista y el Estado socialista en un Estado social-imperialista bajo régimen fascista que es la China de hoy. Eso no niega el marxismo-leninismo-maoísmo, sino demuestra palmariamente que todo lo establecido por el Presidente Mao sobre la lucha en el Partido y la lucha de clases en el socialismo es plenamente válido y lozque corresponde para los verdaderos comunistas en China es volver a asaltar los cielos, y, que hoy, allí la tarea de los comunistas es en primer lugar reconstituir el glorioso PCCh.
La historia del PCCh nos da muy valiosas lecciones y pensamos que debemos celebrar el centenario de su fundación para profundizar la compresión de aquellas valiosas lecciones, porque si las asumimos correctamente nos iluminan el camino que debemos seguir.
En la mayoría de países tenemos hoy una situación parecida a la de China antes de la fundación del PCCh, no hay Partidos Comunistas, porque fueron destruidos por el revisionismo, y lo que corresponde es reconstituirlos. Eso nace del desarrollo del movimiento proletario revolucionario en cada país y de la aplicación de la ideología del proletariado, hoy el maoísmo, a tal movimiento. Ese proceso ha dado muy notables avances en los últimos años y lo que hay que hacer es impulsarlo mucho más, aprendiendo de las experiencias más avanzadas de nuestra clase.
El camino de la liberación es la guerra popular
Los destacamentos más avanzados en Movimiento Comunista Internacional son los Partidos Comunistas que dirigen las guerra populares en el Perú, la India, Turquía y las Filipinas. Estas guerras populares son antorchas de esperanza, banderas rojas que proclaman la verdad universal del marxismo-leninismo-maoísmo. Dan valor a todos los oprimidos y explotados, inspiran a millones y millones a combatir y resistir contra el imperialismo, la reacción mundial y el revisionismo de todo tipo. Muestran el camino y llaman a los comunistas en el mundo, especialmente a las nuevas generaciones que se están enrolándose en las filas de las legiones de hierro del proletariado internacional, de ir a las masas más hondas y profundas para organizar su clamor por la revolución.
Es ley de la historia que la violencia es la partera de la nueva sociedad. Los imperialistas y sus lacayos, esos parásitos moribundos, jamás entregarán el Poder al proletariado y al pueblo voluntariamente. Han demostrado que son capaces de cualquier crimen, dispuestos a cometer genocidio tras genocidio, para mantener sus sistema de opresión y explotación. Quieren ahogar cualquier levantamiento popular en sangre. Por eso los comunistas y revolucionarios, tenemos que aplicar con toda firmeza la violencia revolucionaria para derrocarlos y eso es el camino de la guerra popular. Sin eso no hay lugar para nosotros en este mundo, sin eso la humanidad jamás alcanzará su emancipación. Así que debemos forjarnos para la guerra popular y reconstituir nuestros Partidos Comunistas donde no hay, como maquinas de combate, desarrollar con acciones la militarización de los Partidos existentes y servir a que los que dirigen guerras populares den saltos para adelante superando los problemas y dificultades que impiden su mayor desarrollo, y eso solamente podemos hacer a través de asumir firmemente el maoísmo y aplicarlo en forma creadora a las condiciones concretas de cada revolución solucionando los problemas nuevos que se presentan.
El revisionismo, como avanzada de la burguesía en el seno de la clase, es el principal enemigo del Movimiento Comunista Internacional, es el caballo troyano, la quinta columna, con la cual el imperialismo y sus lacayos tratan de “conquistar la fortaleza desde adentro”. Son los traidores que se han puesto al lado del enemigo. Como serpientes tratan de engañar y desmoralizar a los comunistas, al proletariado y al pueblo, presentando su veneno como sí fuera el néctar de los dioses que nos ha de salvar de todos los males. Plantean que “el carácter de la revolución ha cambiado”, negando la revolución democrática, para pasar a decir que hay que usar “el parlamento para acumular fuerzas”, que hay que buscar “amnistía” del viejo Estado, para “solucionar los problemas del Partido”, como es el caso de las ratas de la Linea Oportunista de Derecha, revisionista y capitulacionista (LOD.- hoy un partido aparte llamado “Movadef”), cuando el único camino para seguir adelante en la guerra popular en el Perú es aplicar el pensamiento gonzalo para solucionar los problemas nuevos con más guerra popular. En Turquía repican semejantes barbaridades y, como en el Perú, no paran hasta delatar a los comunistas y revolucionarios, allí es claro que el único camino es seguir el sendero trazado por Kaypakaya y aplicar el maoísmo para solucionar los nuevos problemas. El paréntesis histórico de Avakian y el traidor Prachanda, trataron de engañarnos que el maoísmo era “obsoleto”, en el caso de lo primzro y en vez de la guerra popular había que aplicar “la teoría de fusión”, en el caso del segundo; sabemos como ambos han terminado, Avakian como partidario abierto de Biden y Prachanda como verdugo de la revolución en Nepal.
El revisionismo es una avananzada de la burguesía en las filas del proletariado, es cola del imperialismo Chino y Ruso y en los países del Tercer Mundo apoyan a la fracción burocrática de la gran burguesía, principalmente, y desarticulan la lucha popular, arrastran a las masas a luchas interburguesas (entre burguesía burocrática y burguesía compradora) conjurando, de esa manera, la rebelión en estos países.
El avance de la revolución en la India y Filipinas aplasta a quienes llaman a la capitulación y allí también depende de cómo los comunistas aplican el maoísmo para solucionar los problemas que hoy afrontan, para dar el salto hacía la etapa del Equilibrio Estratégico. Así, forjarnos en la violencia revolucionaria y la lucha contra en revisionismo es indispensable para servir a desarrollo de la revolución proletaria mundial, para servir al avance de las guerras populares en curso, para servir que se inicia más guerras populares que es el único camino para la liberación. En eso debemos unirnos más y luchar codo y codo los comunistas y revolucionarios en el mundo.
¡Unirse bajo la bandera roja del Maoísmo!
Lo que hoy vivimos son tiempos de guerra, hay una situación revolucionaria en desarrollo, desigual pero creciente, en todo el mundo y las masas claman por la revolución, hecho que define la tendencia política principal. Estamos en la primera fase de la más profunda crisis del sistema imperialista mundial desde la “Gran Depresión” del siglo pasado. Los grandes levantamientos de las masas se van a incrementar, la lucha del proletariado y los pueblos del mundo va a avanzar por oleadas tremendas de rebelión y cada vez más se profundiza la crisis de la democracia burguesa, los imperialistas y sus lacayos no pueden gobernar como hasta ahora. Las condiciones objetivas para el avance de la revolución proletaria mundial son magnificas. Los comunistas en el mundo, los maoístas, debemos luchar para responder a lo que demanda la hora, a ponernos a las alturas de las tareas y avanzar en forma audaz. Necesitamos concentrar fuerzas en servir al desarrollo de las guerras populares en marcha, al inicio de muchas más y para la reconstitución de los Partidos Comunistas para abrir trocha al nuevo período de revoluciones. Por eso es indispensable que asumamos el papel del Movimiento Comunista Internacional luchando para poner el maoísmo como único mando y guía de la revolución mundial, bregando duramente para unificarnos bajo sus principios.
Mediante la lucha de dos líneas, critica y autocrítica sincera, la Conferencia Internacional Maoísta Unificada (CIMU) y la Nueva Organización Internacional del Proletariado (NOIP), que emergerá de la misma, es un paso insustituible en el camino, es una necesidad histórica para que demos el salto necesario. Si los comunistas no estamos en capacidad de unirnos, entonces jamás seremos capaces de cumplir nuestra misión histórica y por lo tanto no va a ser así. La unidad se abre paso con la lucha y todos los que estamos por la lucha en base del marxismo-leninismo-maoísmo para servir a la revolución proletaria mundial sabemos que es una tarea difícil y compleja, pero para esto estamos hechos.
Todo lo que existe en ese mundo es materia en movimiento, la estabilidad siempre es relativa, la lucha, la transformación es constante, el mundo viejo desaparecerá y bajo las victoriosas banderas rojas con la hoz y el martillo nacerá el nuevo. Lo que nos toca es asaltar los cielos.
¡Gloria al proletariado internacional – Viva el Primero de Mayo!
¡Viva el Maoísmo – Abajo el revisionismo!
¡Viva el I Centenario de la fundación del Partido Comunista de China!
¡Adelante hacia la Conferencia Internacional Maoísta Unificada y
la Nueva Organización Internacional del Proletariado!
¡Victoria a las guerras populares!
Firmas:
Partido Comunista del Perú
Partido Comunista de Turquía / Marxista-Leninista
Partido Comunista de Brasil (Fracción Roja)
Grupo Comunista (Maoísta), China
Núcleo Revolucionario para la Reconstitución del Partido Comunista de México (NR-PCM)
Republicanos socialistas irlandeses
Comité Bandera Roja – RFA
Fracción Roja del partido Comunista de Chile
Comités para la fundación del Partido Comunista (maoísta) en Austria
Servir al pueblo – Liga Comunista de Noruega
Comité para la Reconstitución del Partido Comunista de los Estados Unidos
Partido Comunista de Francia – Fracción Roja
Comité Maoísta Finlandia
Partido Comunista del Ecuador – Sol Rojo
Partido Comunista de Colombia (Fracción Roja)
Comité de Construcción del Partido Comunista maoísta de Galicia
Onda Roja, Dinamarca
Primero de Mayo 2021